A 20 años de su partida: por qué Leif sigue estando tan presente
Pescador artesanal, amante de los perros y de una vida sencilla en el mar partió el 6 de agosto de 2003 pero permanece vivo en la memoria colectiva.
Por Anahí González Pau lanueva.com
No fue por ser pescador artesanal, ni por su estética particular, ni por su estilo de vida. Si bien algo de todo eso convirtió a Leif Larsen en uno de los personajes más queridos de Monte Hermoso quizás lo que más llamó la atención sobre este danés de ojos claros, larga barba, melena desgreñada y mirada serena fue su coherencia. Eligió un modo de vivir sencillo y respetuoso, tomando de la naturaleza solo lo indispensable. Y así fue hasta el final, el 6 de agosto de 2003.
Vivía de lo que pescaba, tocaba un piano desafinado que tenía en su casa, iba con sus perros a todas partes y no se aferraba a los humores de la costa. Aunque hubiera temporal era frecuente verlo caminar por la orilla.
Su modo pacífico de hablar, su forma de vestir rudimentaria, su costumbre de hacer la vertical, su sociabilidad y sus conocimientos del mar despertaron una gran curiosidad y también admiración y cariño entre quienes lo veían o frecuentaban.
Quizás lo más fascinante de Leif es que encarnó un ideal que muchos anhelan y tan pocas veces se alcanza: estaba satisfecho. Era un hombre satisfecho en una sociedad de consumo que justamente se sostiene ante la eterna insatisfacción: el querer más de todo, más juventud, más poder, más riqueza, más reconocimiento. Para Leif, menos era más. El hecho de que era muy instruido (hablaba hasta tes idiomas), no hacía más que ratificar que elegía su modo de vida. Sin dudas, tenía opciones.
Vivía un presente sin ostentaciones, despojado de ansias de progreso material, disfrutando de lo que se presentaba.
Laif nació el 5 de febrero de 1928 en Aparicio (Coronel Dorrego) y fue el hijo menor de 11 hermanos de una familia danesa, conformada por su padre Pablo Cristian Larsen y su madre Hingrid Helene. Ni él ni sus hermanos fueron a la escuela porque en su familia era tradición tener maestros particulares. Llegó al balneario alrededor de la década del 50 para veranear y se quedó a vivir. No se le conoció pareja, vivía con sus mascotas y de la venta de su pesca.
El 6 de agosto de 2003 falleció en el balneario de un paro cardíaco. Así como vivió, partió. Sin prisa ni ambiciones: bohemio, equilibrista.
¿Dónde estarás Leif? ¿Pescando sin caña, con la tanza y el anzuelo, en algún remoto cielo de esos que en Monte Hermoso reciben y despiden al sol en el mar?
Nora Roca grabó una canción en su honor: A Leif Larsen
Nuestra querida y reconocida cantante whitense Nora Roca (premios Gardel al mejor álbum de artista femenina de tango por Esencia de Tango) grabó en 2011 un disco enteramente dedicado a Monte Hermoso y en él, una canción especial para Leif Larsen con letra de Carlos Ceretti y música de Oscar Pometti.
«Su figura me trae tantos recuerdos de cuando mi hija Paula era pequeña y nos íbamos de vacaciones a Monte Hermoso con su papá», señaló.
«Era muy común verlo a Leif en la playa. Ver cómo, cuando regresaba de su trabajo de pescador, lo esperaban y recibían sus perros y la gente en la orilla para comprarle ese tesoro que él sacaba del mar. Me parece aún estar viéndolo», dijo.
Mencionó que una de las cosas que más recuerda era su gran conocimiento del mar, su capacidad de leerlo.
«Tengo un recuerdo imborrable previo a un terremoto muy grande que hubo en el país. Él nos comentó, a quienes estábamos cerca, que veía el mar muy raro, que las olas estaban como encontradas. Después nos enteramos de que había ocurrido un cismo muy grande. Conocía al mar como a la palma de su mano», narró.
«Lo que me despierta su figura es cómo una persona tan preparada y culta como era él, quien también tocaba muy bien el piano, vivía feliz a su manera sin depender de ningún sistema, ni de pertenecer a nada. Era feliz así, con su barca, sus perros y sus brazos y sus manos que le traían sustento todos los días», expresó.
El álbum El Sol de Monte Hermoso abarca diversos géneros como el vals Aquel Hotel de Madera, el tango Bandera Celeste, la canción Hermana Holguín (Danzón-Son) en dúo con Ibrahim Ferrer Jr. y la zamba a Leif Larsen.
«Hacer este disco fue una emoción muy grande y más por la admiración que siempre sentí por don Leif Larsen. Fue un honor poder cantarle a él, a su imagen, su vida, sus costumbres. Así nació», reveló.
La mayor emoción la vivió cuando el músico Oscar Pometti la llamó para que fuera a escuchar cómo había quedado la canción.
«Encendió el televisor, apareció la zamba y empezaron a aparecer imágenes de Leif en la playa, un video autoría del periodista Néstor Machiavelli. Verlo caminar con su pelo al viento, ver su barca, sus perros, fue muy emocionante. No podía parar de llorar», confió.
«Leif podía ser feliz con la infinidad del mar, del cielo, del paisaje. Se lo veía una persona serena, un sabio, un tipo feliz que vivió contra la corriente y sin mas necesidad que su sustento diario y la naturaleza», dijo Nora Roca.
Leif sigue vivo en la poesía de la dorreguense Adriana Di Paolo
Adriana Di Paolo, oriunda de Coronel Dorrego, conoció a Leif en su infancia, cuando solía visitar el balneario con su papá quien en su juventud había vivido en Monte Hermoso.
«De jovencitos se conocieron mucho. Leif veía a Dorrego y era el famoso hombre que hacía la vertical y tenía un físico espectacular. Cuando lo veía barbudo, con ese pelo largo, me parecía de cuento. Mi papá me decía: ‘Nunca le tengas miedo porque es una excelente persona’, y me contaba anécdotas», comentó.
«Me encantaba ir a Monte y observarlo caminar por la orilla con sus perritos. Mi papá le compraba pescado por eso recuerdo su casa como si la viera hoy, hasta su piano, porque el abría su puerta ¡tenia todo abierto!», recordó.
«Todavía me pasa que hoy voy a Monte y me parece que lo voy a ver. La última vez que lo vi es cuando hicieron un desfile y él estaba en su bote. Eso era una de las cosas que me preocupaba. Veía al bote muy deteriorado y tenía miedo de que se ahogara», contó.
«Cuando recibimos la noticia de que había fallecido lo lamentamos muchísimo. Sin tener conversaciones con él uno lo quería. Un personaje que llegó al corazón de muchas personas», dijo.
Comentó que a Leif le gustaban mucho los ravioles que hacía su tía quien cada tanto le llevaba de regalo.
«Parecía un hombre serio pero dicen que era alegre y muy divertido», añadió.
El poema a Leif nació de sus recuerdos y vivencias con motivo de los 20 años de su partida y lo compartió en las redes. Adriana toca el piano, escribe y compone canciones.
LEIF LARSEN
Su casa,
el bote, los perros, caracoles, desorden,
latitas para tomar vino,
un piano viejo, desafinado,
pero Leif era virtuoso
y manipulaba sus teclas haciéndolo sonar
igual que las olas del mar,
donde ninguna tempestad puede opacar su sonido
El hombre de una amplia cultura en general
que hacía la vertical
y en una mano, era la curiosa novedad
El pescador de barba y pelo largo
como salido de un cuento
El menor de 11 hermanos
de una familia danesa
que me gustaba observar mientras jugaba en la arena
Y de la mano de mi papá
nos solíamos acercar
me iba contando la historia
de aquel buen hombre amigo
a quien comencé a admirar
Que bonito es recordar,
el mar, la arena, mi niñez,
el bote de Leif con deterioro
internándose en el profundo océano
para pescar
Y yo haciendo mil preguntas
-en ese bote ¿entra agua,
no se puede ahogar ?-
Tranquila, decía mi padre,
es como un pez para nadar
Hoy es otro aniversario
de tu partida gran Leif
eres el cuadro en la playa
que veo siempre al llegar
Te imagino mar adentro
mientras disfruto del sol
sentada en la orilla
acariciando la huella de tus pisadas
y escuchando ladrar a los perros,
que te esperan jugueteando entre gaviotas
para verte regresar.